lunes, 24 de mayo de 2010

"Recuerdo"


“Recuerdo”… no, no… “Ese día, cuando ella estaba frente a”… no, tampoco… “Era un día oscuro a recordar por su sonrisa iluminada”… no, no tiene que ser una novela romántica cliché… a ver, pensemos, ¿Cómo empezó todo? ¿Qué es lo primero que imagino? Visualicemos la escena. “Una mujer muy hermosa, con pelo largo y un gorrito muy hermoso”… No, tampoco, ¿cómo voy a poner eso? Tampoco tiene que ser una novela amateur. Me voy a volver loco. Esa oración… necesito esa oración para poder empezar a realizar un tejido que sea entretenido, emotivo, para pensar, pero se me resulta tan difícil. A ver, dale, empecemos de una vez, y esta es la oración que queda. “Parecía un otoño en primavera. Ella alejándose para siempre y yo inmóvil como un claudicante. Tenía en mis manos la esperanza de que pueda alcanzarla nuevamente, pero como bien saben, las esperanzas, en muchas ocasiones se vuelven sólo ilusiones, o peor aún, frustraciones. Laura se fue una tarde de septiembre en el tren que la llevaría a un lugar desconocido, a un lugar oculto, simplemente a algún lado”. Creo que ese es el principio más adecuado para lo que quiero contar. Laura en realidad no se llama Laura, tiene otro nombre, pero ella quiere la llamen así. Dice que Laura tiene una fuerza que su verdadero nombre carece. Podríamos considerar eso como una jugada filosófica, en la que ella dice ser otra persona, simplemente por su nombre, pero no por lo que es, al cambiar de nombre, no cambia su esencia. “Ella estaba ahí, acostada frente a mí. Tenía en mis manos su mano, tibia, fuerte. Agarrándome como si no se quisiera ir. Tenía sus ojos cerrados, y una sonrisa seria. Estaba peleando con la muerte, pero a la vez tenía una cierta calma, una tranquilidad”. Bueno, sí, ya logré deprimirme, desde la inmensa cantidad de opciones que tengo para hacer en una noche de insomnio, y de melancolía, elegí la más interesante. Nadar en una botella de ginebra mientras mis momentos se iban transformando en pasado. Pero qué es pasado, ¿lo vivido? ¿Lo pensado? ¿Lo que fue y nunca más será? ¿O lo que pasó y nunca sucederá? No se, no tengo idea. Pero no puedo dormir, estoy borracho, escribiendo, recordando, divagando entre las dos opciones que determinan mi pasado, lo que fue y lo que quise que fuera.

365 días, 8760 horas y 1972 minutos pasaron desde ese momento. Parece que estoy un poco mejor, escribo, y esto realmente me ayuda.