En el rojo líquido que emana su alma
Encuentro esa belleza intacta
La hermosura que jamás fue tocada
Jamás fue corrompida por algún otro
Veo en su rostro aquél sentimiento de belleza eterna
Veo en su sonrisa mi arruga deshecha
Veo en su inocencia mi calambre perdido
Veo en sus pechos mi memoria, mi falta de olvido
Veo, veo… gracias a ella.
Gracias a su quietud.
Veo sangre en todos lados.
En mis labios, en su cuerpo, en su rostro
Soy la condesa, la que conocen
La que Drácula teme ver
Porque no hay nada más perverso
Que ver a una mujer loca por su belleza
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